La mayoría de personas mira su factura de la luz y se fija en el total a pagar, pero pocas entienden qué significa realmente cada concepto. Uno de los más desconocidos, y al mismo tiempo más importantes, es el término de potencia. Está ahí, todos los meses, aunque no hayas encendido una sola bombilla. Es lo que pagas simplemente por tener disponible una determinada cantidad de energía eléctrica, como si fuera la cuota de acceso a la red. Da igual que consumas mucho o poco: si tienes una potencia contratada alta, lo vas a pagar igual.
La potencia contratada se mide en kilovatios (kW) y, en pocas palabras, marca la cantidad de aparatos eléctricos que puedes usar al mismo tiempo sin que salten los plomos. Cuanto mayor sea, más “capacidad” tienes, pero también más pagas cada mes. El truco está en ajustar esa potencia a lo que realmente necesitas. Ni más, ni menos. Si vives solo y no tienes muchos electrodomésticos funcionando a la vez, probablemente estés pagando de más. Si por el contrario vives en una casa con calefacción eléctrica, horno, vitro, lavadora, secadora y varios aparatos encendidos a la vez, entonces necesitarás una potencia más alta para evitar cortes.
El problema es que muchas personas tienen contratada una potencia muy por encima de lo que necesitan, normalmente porque cuando les pusieron el contrato no se lo explicaron bien o porque les recomendaron «por si acaso» una cantidad excesiva. Y ahí está el truco: por cada kW de potencia que reduzcas, puedes ahorrar decenas de euros al año sin cambiar absolutamente nada de tus hábitos de consumo. No necesitas apagar nada, ni vivir a oscuras. Solo ajustar lo que ya estás pagando.
¿Cómo se ajusta? Se hace a través de la distribuidora, pero no te preocupes: no es complicado. Lo más importante es hacer antes un estudio para saber cuánta potencia necesitas realmente. Y en eso, en Amboss Energía te ayudamos. Analizamos tu consumo, tus hábitos, los picos máximos de demanda que has tenido en los últimos meses y te proponemos una potencia ajustada a tu caso. Sin adivinanzas. Y con una recomendación clara: si puedes bajar, te lo decimos. Y si no es recomendable, también.
El término de potencia es como la cuota de gimnasio que pagas aunque no vayas. La diferencia es que aquí sí puedes hacer algo para reducirla. Y ese pequeño ajuste puede suponer un ahorro notable sin esfuerzo, solo con información y asesoramiento. Así que si llevas tiempo sin revisar tu factura, puede que estés tirando dinero sin saberlo.
